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Vol. 9. Issue 3.
Pages 291-292 (May 1972)
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Equilibración del mediastino en el posoperatorio de tórax
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v. Tarazonaa, E.. Blascoa, F.. Parés Romeua
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Tumoración maligna. ¿Timoma?

1

Tumoración linfoide. ¿Timoma?

TIMO Tumoración maligna indiferenciada. ¿Timoma? Anteriores

Timoma + Miastenia gravis.

L:a. epidermoide de timo.

Neurinoma

NEUROGENOS l Gangl ioneuroma Posteriores T. neural baja malignidad ¡

Carci nosarcoma

T. células plasmáticas

Rabdomiosarcoma

Reticulosarcoma

l Mesotelial

QUISTES

Pericardio

es muy variable, sin que esto implique ningún

pronóstico. oues de los cuatro tumores mediastínicos

que fueron hallados casualmente

a rayos X. dos de ellos resultaron tumoraciones

malignas. El dolor es e síntoma más

constante en todos ellos. Otros síntomas

están relacionados con las estructuras que

atraviesan el mediastino, taies como

V. C. S .. disfagia. etcétera.

Vías de acceso: Han sido exclusivamente

dos: La esternotomía media par todos los

tumores de localización anterior.

La toracotomía derecha o izquierda a través

del quinto espacio.

Se han realizado cinco esternotomías medias

y diez toracotomías derechas e izquierdas.

Se han realizado ocho extirpaciones com-

Posterior ¡ Anteriores

f Anteriores

pletas. dos parciales, las dos con intento de

descompresión de la V. C. S. en enfermos

que presentaban su síndrome a causa de la

obstrucción y cinco biopsias.

Los diagnósticos anatomopatológicos fueron:

tres tumoraciones indiferenciadas maliqnas

oue con interrogante se podían etiquetar

de timoma~ . Otro~ dos de oriqen tí mico.

un timoma con miastenia gravis y un carcinoma

epidermoide de timo, tres de origen

neurogénico, un quiste mesotelial, un q uiste

de pericardio. un carcinosarcoma extrapleural,

un tumor células plasmáticas. Rabdomiosarcoma.

Reticulosarcoma.

De los 1 5 hay tres tallecimientos: uno a

los cuatro meses y los otros dos en la segunda

semana. Estos dos debidos a insuficiencia

respiratoria y ~s dos correspondían a tumoraciones

malignas indiferenciadas.

Equilibración del mediastino en el

posoperatorio de tórax

Doctores V . Tarazona , E. Blasco y F. París Roméu

En el curso posoperatorio de la Cirugía

pulmonar, las neumonectomías son las intervenciones

que más repercuten sobre el

RESUMEN

mediastino. La estabilidad de éste depende

de la presión diferencial entre ambas cavidades

pleurales. Un aumento de la presión

291

en el lado de la neumonectomfa va a provocar

un rechazamiento contralateral del

mediastino con compresión en el pulmón

restante; por el contrario. una depresión

exagerada lo atraerá produciendo acodamientos

vasculares, que junto con los mecanismos

reflejos pueden abocar a un

shock cardioqénico. Al mismo tiempo el

vacío favorecerá la exudación del espacio

pleural.

Los métodos de drenaje empleados en el

posoperatorio de las neumonectomías son

los siguientes:

a) Tórax cerrado: Supone la práctica de

punciones nleurales n;:ora extraer el exudado

y equilib'rar las presiones. Su repetición

resulta incómoda para el cirujano y no

consigue siempre una evacuación del tórax

correcta. reteniéndose coágulos que constituyen

una fuente de irritación y exudación.

b) Drenaje bajo clamp y vaciado intermitente

del seroma acumulado: Empleado

por nosotros en una primera época, no nos

permite un control constante de las presiones

ni de la cantidad ni naturaleza del líquido

intratorácico. A la vez, las maniobras

repetidas sobre los tubos aumentan las

posibilidades de infección.

e) Drenaje bajo Bulau: Lo creemos peligroso

por el grave desplazamiento mediastínico

que puede llegar a producir.

d) Sistema de Laforet y Boyd: Es el que

hemos empleado en las 23 últimas neumonectomías.

Su sencillez de manejo y ausencia

de complicaciones nos hace considerarlo

como el método óptimo para la equilibración

del mediastino. Se compone de

tres frascos: el primero de ellos sirve de

recipiente y los otros dos mantienen las

presiones intrapleurales dentro de ciertos

límites, funcionando como válvula de escape

cuando :;us c1rras rebasan el valor de

+ 1 ó 2 cm. de H20 y- 13 cm. de H~O.

t:n ciertos casos hemos efectuado el estudio

manométrico intrapleural mediante

una cámara de Elema-Scholander adaptada

a un canal del Mongograph 81, con registro

en la respiración normal. forzada o en

los golpes de tos. Al mismo tiempo se. han

29i

medido en un espirómetro los volúmenes

de aire que salen del tórax en la espiración

a través del frasco de descarga positiva, y

los que toma de la atmósfera en la inspiración.

Las qráficas siquientes comisoonden al

caso núm. 2 1, demostrando que las presiones

intratorácicas del lado operado, mantenidas

con el sistem.a de Laforet y Boyd, oscilan

con la respiración normal entre + 5 y - 3

cm. de H20. mientras que en la respiración

forzada llegan a + 8 y - 16 cm. de H20. Tan

sólo con los golpes de tos se alcanzan cifras

de+ 29 y- 34.

En la diapositiva que a continuación se

proyecta se comparan los regi stros manométricos

del mismo enfermo, utilizando el

drenaje a lo Bulau, el sistema de Laforet y

Boyd y el tórax cerrado. Con esta experiencia

hemos observado que en la respiración

normal y forzada el sistema de Laforet y

Boyd mantiene las presiones intrapleurales

del lado operado cercanas a las del hemitórax

opuesto, aventajando, por tanto, al

tórax cerrado. Por el contrario, con los golpes

de tos, el cierre hermético de la caja

torácica se opone mejor al desplazamiento

mediastínico que si tiene u.n tubo de descarga.

Esto puede soslayarse en el citado

sistema de Laforet clamplando las conexiones

en el momento de la tos.

En el enfermo núm. 20 se ha estudiado el

trasiego de aire entre el sistema de equilibrio

y el exterior, que con respiración forzada a un

ritmo de 38 resp/min. alcanzó la cifra de 845

cc/min. Estas cifras pueden estar ·sometidas

a variación según el desplazamiento estático

previo, las características de elasticidad del

tejido mediastínico y el tamaño y amplitud

de la motilidad toracodiafragmática.

En los 23 casos en los que se ha empleado

este sistema, se ha encontrado el

mediastino centrado en la radiografía posoperatoria

y después de retir¡¡r el drenaje a

los dos o tres días pocos pacientes necesitaron

punciones evacuadoras del tórax.

Para terminar, queremos resaltar que el

empleo de este sistema no ha aumentado

el porcentaje de empiemas posoperatorios.

En nuestra estadística sólo ha habido un

caso de contaminación no imputable al

método, y que se solucionó favorablemente

sin necesitar Cirugía de colapso.

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